Empresa


La historia de la Paragüería Víctor está íntimamente ligada a la historia de Don Elías Fernández Pato, quién dejó en 1949 su Galicia natal rumbo al Nuevo mundo.

El 16 de enero de 1950, llegó al puerto de Buenos Aires con una carta de intención de trabajo en la Bodega Peñaflor, de la cual la familia Tesouro era distribuidora y amiga a su vez de su familia en España. También traía una carta de reclamo de su tío José Antonio Gómez, ambos requisitos eran necesarios en aquella época para obtener la categoría de Inmigrante y poder trabajar en la Argentina.

Grande fue su sorpresa al llegar y enterarse que su tío había muerto, por suerte su primo, Antonio Gómez - que era unos años mayor - pudo hacerse cargo de él y, obtener su tutela.

En un principio vivió en Barracas, Santa Magdalena y Australia y, contra todo lo previsto comenzó a trabajar en la entonces Papelera Argentina en Bernal.

Cinco años más tarde inducido por sus primos que eran paragüeros ambulantes se inició en la profesión, durante unas vacaciones. En abril de 1955 renunció a su trabajo y se dedicó de lleno a los paraguas.

Durante dos años fue paragüero ambulante en Ensenada y Berisso, al grito de “paragüero…” atraía a sus clientes, cuenta que hasta había un loro, que repetía su voceo.

En 1957 se casó con Haydee Lidia Gómez Dopazo, hija y nieta de paragüeros y el 21 de septiembre de ese año abrió su primer negocio de compostura y venta de paraguas en Independencia 3910.

En 1967 se trasladó a Independencia 3709 y en 1979 a la esquina que ocupa hoy, en Independencia y Colombres, donde trabajó con su cuñado Jorge Gómez Dopazo, hasta la muerte de éste último.

En cincuenta años el negocio acompaño los vaivenes de la economía del país, con épocas de esplendor y otras de total desasosiego.

Hoy en día está a cargo del mismo su hijo Víctor, sigue restaurando paraguas y, vendiendo sombrillas, abanicos y bastones.